SER HUMANO

ÉXITO Y FELICIDAD DESDE UN PUNTO CRITICO

Todos queremos alcanzar el éxito y por supuesto ser felices, el solo hecho de tener ese pensamiento o propósito nos hace ser proactivos con fines fortalecidos y prioridades; que van de la mano con nuestros valores, principios y paradigmas, para indicarnos aquella decisión que define con que actitud se responde a los estímulos del medio o entorno.
¿Es posible que todos estemos en capacidad de ser exitosos y felices? Si, Solo hay que ser de aquellas personas que no esperan las oportunidades sino que buscan la forma de que ellas lleguen en el momento más oportuno.
Pues lo veo reflejado en la vida de mis antepasados, la forma como vivió mi bisabuela y todos los que en su época compartieron con ella.
No existió una escuela, ni un lápiz, ni un cuaderno porque el trabajo fue entonces la única escuela que conoció. Fue en el seno de su familia que aprendió de los principios y valores que en aquella época solían tener, desde entonces los trasmitió a hijos, nietos y bisnietos quienes poco a poco fueron perdiendo tan importantes virtudes.
El trabajo continuo era lo único que se entendía labrar la tierra cuidar los hijos, reprender los nietos y ayudar a la crianza. El poder de la palabra era sagrado no existían mentiras, la solidaridad entre vecinos era muy fraternal un plátano se regalaba, la casa era de todos, comida para todos porque todos somos invitados y donde comen diez comen veinte pues no había mejor plato para atender una visita que una sopa de ñame, un plato de mazamorra de maíz o plátano maduro.
Las adversidades que se presentan en la vida le arrebataron a su compañero y esposo quedando viuda desde muy joven y más adelante soportando la pérdida de sus dos hijos mayores por causa de la violencia; situaciones a las que supo responder con valentía y fortaleza.
Mi bisabuela una mujer al igual que muchas de su época, fueron emprendedoras y forjaron su vida paso a paso, porque la plata no lo es todo pero se necesita.
Ella llego a ser una mujer exitosa como resultado de su dedicación al trabajo y a la actitud positiva que siempre mantuvo en aquellos momentos difíciles en especial cuando la guerra le arrebato parte de lo que tanto había trabajado, su finca.
Abandonar sus tierras no fue fácil, pero fue responsable porque se centro en lo que era verdaderamente importante, su familia; seis hijas por las cuales comenzó de nuevo y volvió a alcanzar el éxito y “ser feliz”.
En su vejez siempre anhelo que la muerte la agarrara feliz, por eso pedía que la peinaran, pusieran bonita y tinturan su pelo, pues la muerte pasaba constantemente por su vida, y fueron muchos los hospitales por los que paso y santos que visito.
Pues su anhelo era seguir compartiendo muchos diciembres junto a los suyos acompañada de alegría y felicidad; matar una vaca, tomar chicha y comer chicharrón; tener casi toda la familia reunida: ocho hijos, cuarenta y ocho nietos, ciento nueve bisnietos y diez tataranietos era su gran felicidad, fue lo que siempre espero alcanzar a ver.
Mi bisabuela vivió y supo vivir ochenta años, conto muchas historias a sus nietos y bisnietos, logro tener tierras, dinero, ganado y demás con tan solo el esfuerzo y trabajo propio sin importar que quedara viuda con ocho hijos desde muy joven.
Logro construir una familia enorme y ver una cuarta generación, además de ser un ejemplo de vida nos enseño que la vida no es más que hacer lo que queramos vivir.

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MIRYAM MESA Y OMAIRA GUILLIN