La Constancia
"Cada dia que amanece es un nuevo dia"
El éxito y la felicidad, no tienen tiempo limitado para alcanzarlos, de pronto nos hemos limitado a vivir por vivir, sin experimentar cambio alguno, sin metas ni objetivos. Y así hemos pasado año tras año. Pero no importa, para cada no sus experiencias son muy personales y no las podemos generalizar.
Habrá quienes han tenido que realizar determinado trabajo por física necesidad, ajeno a su vocación. Después sigue de caídas y levantadas, de una parte a otra, sin lograr ese objetivo especifico.
A través del tiempo, se va sintiendo internamente algo que lo empuja para obtener la satisfacción de un gusto concreto. A cualquier edad se puede presentar la oportunidad para llevar a cabo lo que más nos gusta. Se debe aprovechar esa oportunidad sin pensar que es demasiado tarde para cambiar y encontrar así la realización personal.
Con una buena fe, se puede conseguir lo que tanto se acaricio, en el momento menos pensado. El camino que consiente o inconscientemente se ha deseado durante la existencia, puede llegar así sea a los setenta años o más.
Dios nos puede escuchar, en cualquier momento y es en ese momento cuando, llenos de felicidad, se inicia nuestra realización, por la que debemos darle infinitivos gracias. Nuestro espíritu no puede envejecer, mientras vivamos con fe, sabiendo lo que queremos, accionando el entusiasmo, a fin de realizar lo que tanto hemos deseado y ambicionando.
Reflexionemos un poco; analicemos que es lo que más nos llama la atención y nos ilusiona. Decidámonos a llevarlo a cabo, fijémonos los objetivos correspondientes a corto y mediano plazo.
Se llega a avanzada edad sin sentirse realizados por saber cuales eran los deseos concretos. La historia del mundo, nos enseña muchos ejemplos de personas que después de los sesenta años de edad, han logrado proezas y grandes obras. Necesitamos valor para cambiar nuestras vidas en el momento que o consideramos necesario, en el momento que sintamos que nuestra realización depende de que nos atrevamos a dar el paso correspondiente.
No podemos vivir por vivir, alimentando sueños solamente en nuestro interior. Despertémonos de ese sueño y hagamos realidad. La edad no cuenta, lo que es el verdadero deseo de cambiar.
SANTIAGO VÁSQUEZ SIERRA
Habrá quienes han tenido que realizar determinado trabajo por física necesidad, ajeno a su vocación. Después sigue de caídas y levantadas, de una parte a otra, sin lograr ese objetivo especifico.
A través del tiempo, se va sintiendo internamente algo que lo empuja para obtener la satisfacción de un gusto concreto. A cualquier edad se puede presentar la oportunidad para llevar a cabo lo que más nos gusta. Se debe aprovechar esa oportunidad sin pensar que es demasiado tarde para cambiar y encontrar así la realización personal.
Con una buena fe, se puede conseguir lo que tanto se acaricio, en el momento menos pensado. El camino que consiente o inconscientemente se ha deseado durante la existencia, puede llegar así sea a los setenta años o más.
Dios nos puede escuchar, en cualquier momento y es en ese momento cuando, llenos de felicidad, se inicia nuestra realización, por la que debemos darle infinitivos gracias. Nuestro espíritu no puede envejecer, mientras vivamos con fe, sabiendo lo que queremos, accionando el entusiasmo, a fin de realizar lo que tanto hemos deseado y ambicionando.
Reflexionemos un poco; analicemos que es lo que más nos llama la atención y nos ilusiona. Decidámonos a llevarlo a cabo, fijémonos los objetivos correspondientes a corto y mediano plazo.
Se llega a avanzada edad sin sentirse realizados por saber cuales eran los deseos concretos. La historia del mundo, nos enseña muchos ejemplos de personas que después de los sesenta años de edad, han logrado proezas y grandes obras. Necesitamos valor para cambiar nuestras vidas en el momento que o consideramos necesario, en el momento que sintamos que nuestra realización depende de que nos atrevamos a dar el paso correspondiente.
No podemos vivir por vivir, alimentando sueños solamente en nuestro interior. Despertémonos de ese sueño y hagamos realidad. La edad no cuenta, lo que es el verdadero deseo de cambiar.
SANTIAGO VÁSQUEZ SIERRA
Felicidades. Excelente invitacion a analizar que hacemos con nuestra vida.
Liliana